Cómo saber si una prenda es realmente de buena calidad antes de comprarla
Entrar a una tienda y ver una camisa bien planchada, con botones brillantes y un precio tentador puede hacer que cualquiera piense: “Esto se ve bien”. Pero apariencia no es sinónimo de calidad. Las prendas de vestir, como cualquier otro producto, tienen detalles que delatan su verdadera durabilidad, confección y valor. Y en un mercado saturado por lo estético y lo inmediato, aprender a diferenciar una prenda de calidad de una que solo «parece buena» es más que útil: es necesario.
Muchos consumidores han aprendido a la mala que lo barato puede salir caro. Una blusa que encoge tras el primer lavado o un pantalón cuyo botón salta la segunda vez que lo usas. ¿Te ha pasado? Entonces entenderás por qué conviene mirar más allá de la etiqueta y evaluar lo que realmente estás comprando.
Por qué importa la calidad de una prenda
El precio de una prenda no siempre refleja su calidad. Marcas conocidas pueden vender piezas costosas que no soportan el uso diario, mientras que marcas menos populares ofrecen ropa hecha con esmero, costuras firmes y telas duraderas.
Una prenda bien hecha no solo dura más. También se adapta mejor al cuerpo, respira mejor con la piel, no pierde su forma con facilidad y se siente distinta cuando la usas. Es como comparar una taza de cerámica artesanal con una de plástico: ambas sirven para tomar café, pero la experiencia no es la misma.
Comprar ropa de calidad también tiene un impacto ambiental. Mientras más tiempo te dure una prenda, menos veces tendrás que reemplazarla. Y eso significa menos producción textil, menos residuos y una huella de carbono más baja. De hecho, la ONU estima que la industria de la moda es responsable del 8% al 10% de las emisiones globales de carbono.
Cómo detectar la calidad en una prenda sin ser experto
No necesitas estudiar diseño de modas para saber si una prenda está bien hecha. Basta con desarrollar una mirada más atenta y aprender a identificar algunos indicadores clave. A continuación, te explico los más confiables:
Examina las costuras
Un buen punto de partida está en el reverso de la prenda. Revisa las costuras: ¿están rectas, uniformes y bien aseguradas? ¿Tienen doble puntada o están apenas sujetas con hilo flojo?
Costura de calidad | Costura deficiente |
---|---|
Hilo firme y parejo | Hilo suelto o deshilachado |
Refuerzo en zonas de tensión | Costuras simples que ceden con el uso |
Sin hilos colgando | Hilos visibles o mal rematados |
Fíjate también si las uniones coinciden en los estampados. Cuando las rayas o cuadros se alinean en las costuras laterales o en los bolsillos, eso suele indicar un trabajo más cuidadoso.
Siente el peso y la textura de la tela
Una tela delgada no es necesariamente sinónimo de mala calidad, pero conviene hacer una prueba con las manos: si se ve muy traslúcida, se estira con facilidad o forma bolitas al frotarla, probablemente no durará mucho.
El tacto dice más que la vista. Las fibras naturales como el algodón, el lino o la lana suelen sentirse más frescas, densas y con caída natural. Las sintéticas (como el poliéster barato) pueden sentirse plásticas, tiesas o calurosas.
Puedes consultar los tipos de fibras y su comportamiento en lavados y uso frecuente en fuentes como el Instituto Textil Internacional, aunque muchas etiquetas de ropa también especifican el tipo exacto de material y su porcentaje.
Revisa la etiqueta de composición
No todas las etiquetas son sinceras, pero suelen dar una buena idea del contenido de la prenda. Presta atención al tipo de fibra (algodón, poliéster, viscosa, etc.), al país de fabricación y a las instrucciones de lavado. Las mezclas con más de 70% de fibras naturales generalmente indican mejor calidad, aunque hay excepciones.
Evita prendas que no tengan etiqueta o en las que no se indique con claridad la composición. Esa información es obligatoria según el Decreto Supremo N° 010-79-CM del Ministerio de Industria de Perú, que regula el etiquetado textil en el país.
Verifica los acabados
Los botones, cierres, presillas y ojales dicen mucho del cuidado con el que se hizo una prenda. Un botón suelto, un ojal sin rematar o un cierre que se traba son señales de alarma.
También puedes fijarte en los dobladillos. Las prendas de mejor confección tienen dobladillos limpios, uniformes y cosidos hacia adentro, sin hilos visibles.
Prueba cómo se ajusta
Una prenda bien diseñada respeta las proporciones del cuerpo, no aprieta donde no debe ni cuelga como un saco. Incluso sin probártela, puedes sujetarla por los hombros o la cintura y notar si mantiene su forma o si cae de forma desordenada.
Cuando te la pongas, muévete, siéntate, levanta los brazos. ¿La prenda acompaña tus movimientos o tira de un lado? La calidad también se nota en la comodidad.
Qué señales no confiar ciegamente
Hay ciertos elementos que muchas veces se asocian con calidad, pero que no siempre lo son:
- Marca reconocida: algunas grandes marcas han bajado sus estándares de calidad para producir a gran escala. No todas, pero sí varias.
- Precio alto: no garantiza nada. A veces pagas por el logo, no por la confección.
- Diseño atractivo: una prenda puede estar bien diseñada en apariencia, pero mal hecha en estructura.
- Hecho en tal país: la procedencia no determina la calidad. Hay fábricas excelentes en países poco valorados y desastres de confección en países con buena fama.
Qué recomiendan los expertos
Conversamos con Ana María del Solar, diseñadora textil con más de 15 años de experiencia en confección artesanal y producción en serie. Su consejo es claro:
“Si una prenda está bien hecha, puedes notarlo desde el primer lavado. No se retuerce, no pierde color, no encoge ni se deforma. Pero lo ideal es detectarlo antes de comprar. Yo siempre recomiendo mirar el interior: es ahí donde se ve si alguien trabajó con cuidado o solo buscó acabar rápido”.
También hay recomendaciones similares en portales de consumo como el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI), que sugiere a los consumidores fijarse en las etiquetas, acabados y condiciones del producto antes de comprar ropa en campañas como Cyber Wow o campañas escolares.
Cómo actuar como consumidor informado
A veces, basta con tomar unos segundos más antes de pagar. En lugar de guiarte solo por el precio o el diseño, tómate un momento para revisar costuras, tocar la tela, leer la etiqueta y pensar: ¿esto me durará al menos un par de años?
También puedes optar por marcas que informen con claridad su proceso de confección, los materiales usados y su política de sostenibilidad. En Perú, marcas como Kuna, Anntarah o Escudo han apostado por combinar tradición artesanal con estándares modernos de calidad, y vale la pena prestarles atención.
Para quienes buscan ropa de segunda mano, los mismos principios aplican: verifica el estado de las costuras, el desgaste de la tela y si ha sido alterada. A menudo puedes encontrar prendas de excelente calidad a precios bajos si sabes qué buscar.
El ojo entrenado se forma con práctica
Al principio, puede parecer que es mucho por observar. Pero con el tiempo, desarrollas un ojo casi instintivo para notar si una prenda está bien hecha o no. Es como quien reconoce una buena empanada por el olor, incluso antes de probarla.
La próxima vez que estés frente a un perchero lleno de ropa, recuerda: no estás buscando solo lo que se ve bonito, sino lo que vale la pena llevar. Y eso, en el fondo, es una inversión inteligente.